viernes, 27 de agosto de 2010

ultimos dias

Hace días ya que no escribo. La inminente partida se hace presente y mis deseos recurrentes de abarcarlo todo me prohiben dedicar tiempo a otros haceres. Cinco minutos regalados por ahí y aquí... aquí un miedo que florece y una angustia que se colma y se vacía instantaneamente. Un vacilar sin fin y las eternas oscilaciones del ser. Ser un individuo enrededado en un mundo que agobia en problemáticas socio-politcas económicas, y uno, en esa nefasta intención de cambiarlo todo, hacer de esto algo mejor. Y aquí de nuevo el malestar en la cultura, un sueño que se apaga y mil expectativas a cumplir.

"el precio del progreso cultural debe pagarse con el déficit de dicha provocado por la elevación del sentimiento de culpa"

Que en tus palabras busca desdibujarse constantemente, un deslindamiento que miente, que te miente y es...
y ahora esas ganas locas de leer, pero sabiendo que pude relanzar estas palabras incoherentes.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Un sueño

Increible y hasta vertiginoso, dar cuenta de las fantasias que ocurren en el universo y en el espacio, saberse fuera de la realidad que con naturalidad y coteidianidad uno vive.
Procedencia de cada uno de nosotros, y sin embargo ignorado. Y es que al mirar la realidad que por fuera de este campo de concentracion de humanos, similar a un hormiguero de repugnantes hombrecitos que dia a dia no construyen más que mierdas, uno se pierde de las bellezas que la naturaleza nos representa en infinidad de colores y luces.
Deslindarse de esta inmensidad, para unirse a una inmensidad aun mas inmensa, con un infinito impensable que nos agobia al solo mirarlo, al solo pensarlo, lo poco racional que resulta nuestra razón ante la racionalidad de los fenómenos naturales. La explosión de una supernova hace 1000 años produjo un desencadenamiento eterno de luces y colores que maravillan la mente humana, y aquí, quién más que los tontos científicos, lo reducen todo a una simple nada numérica que solo asocia y descubre las verdades que el universo forma con risa burlona.
Ya no resulta tan racional lo que el hombre quiere racionalizar, ya no resulta al alcance de sus sentidos esa verdad universal que quiere apropiar. Ya nada es verdad sino practicidad, solo mi imaginación puede confiar en la existencia de un fenómeno tan hermosamente deslumbrante.



“No hay ninguna fórmula, ningún programa de computadora, ningún procedimiento que les permita
ingresar percepción sensorial y obtener ‘realidad’ como resultado. El mundo no funciona así.
Para descubrir la verdad tienen que salirse del dominio de los procedimientos formales”.

Ya no alcanza la mente humana para la verdadera naturalidad de las cosas.
Ojala pueda traspasar los límites de la mente y ser la persona destinada para nadar en la fantasía que me produce el conocimiento y el lindamiento con lo más irracional dentro de la más compleja racionalidad.

Mirarte

Yo no soy tus pasos amor,
no no,
no confundas mi sombra con el agobio,
ella siempre va
pegadita a mis tobillos,
me acompaña a mí, amor.

Tu sos el estruendoso palpitar de mis recuerdos
tu sos las manos frías del abandono
sos el olvido en cada mirada
en cada susurro;
tu, hermosa piedra en bruto, sos todo,
sos todo aquello que mis pasos no quieren seguir.

No confundas amor con desgano,
ya mis ojos no saben mirar,
hiciste de ellos el más cruel desengaño
subiste el velo
apagaste sus luces
y los sumiste en llanto.

martes, 10 de agosto de 2010

tarde... ?

La tarde está fría pero no la siento,
tan solo detengo el tiempo para mirarla desde la ventana empañada,
para ensimismarme en mi sueños.

Allí, afuera, todo pasa,
ritmo acelerado
pasos que corren
miradas que se estrangulan en el aire,
mientras yo
deslindada de esa realidad
me hundo en mi tasita de café y me deleito
con el calor de la estufa
con Lennon que me susurra al oido poemas para su madre.

Nada de lo que pueda decir en este momento tiene sentido,
solo me dejo ser y sentir.

Recuerdo palpitante de una serie de películas
francia, la Nouvelle Vague, Pierrot le fou
Godard, si Godard
y Al final de la escapada
y Belmondo, y ella
Anna Karina huyendo de esa vida
aburrida, monótona, con él
Pierrot
aventuras de los que pueden.

Y Lennon sigue... Julia,
"Half of what I say is meaningless"

y yo tengo que seguir...
mis amigas me esperan,
subo la perilla "ON"...
y todo se pone en marcha de nuevo.


lunes, 9 de agosto de 2010

Better Git it in your Soul

Hoy, por un instante, tuve la fugaz impresión de ser una especie de asesina serial o algo así como una psicópata (preferiría sin p, pero... los higos!) recién escapada del manicomio. Resulta que dediqué cerca de dos horas de mi tarde a perseguir paso a paso a un pobre anciano que perdía su tiempo en el Banco República, al igual que yo.
Mi reloj marcaba la una cuando decidí adentrarme al inmenso mastodonte que se ubica frente a la plaza de los bomberos, dichosa plaza en la que destiné infinitas noches primaverales de mi adolescencia a tomar un vino con la gente de por ahí. Desorbitada ante el sin número de mostradores en los que personas charlaban unos instantes e intercambiaban cosas, decidí consultar cual era el que me correspondía al único mostrador, pequeño y de un plástico blanco, que tenía un hombrecito con cara de bodrio detrás.
Luego de ciertas indicaciones, bajé las escaleras mecánicas de un periquete y procedí a situarme en el exacto lugar que se me señaló. Inmediatamente me posicioné allí, una cara absorta se giro sobre sus talones dejando al descubierto unos mechones canosos y un par de ojeras negruzcas y remarcadas que acechaban con fervor su ubicación. Amenazantes muchachas me dejaron hipnotizada y obligada a un proseguir robotizado.
El reloj se hacía sentir honrosamente y marcaba su presencia en cada una de las paredes. Miré a los lados y, además de ese extraño anciano y un par de hombres con cara de hartazgo, no se vislumbraba más que un vacío resonante. Eterna espera tras este hombre hasta que en un momento, agotado ya de tanta quietud, dio su primer paso. Casi que movida por una ostentosa fuerza externa movilicé el mismo pie hacia adelante por una distancia cuasi-similar y me mantuve firme en mi nueva posición. Esbocé una sonrisa de oreja a oreja y miré a mi alrededor, el orgullo que mi nueva situación me generaba se vio atentado por la inamovilidad de la escena y las mismas ojeras negras y manchadas que amenazaron mi instantáneo estado de felicidad. Bajé la cabeza y me mantuve constante en esa espera.
Perfecto fue el momento en que el anciano ensimismado en su papel a intercambiar, me cedió el espacio para vislumbrar cada una de sus características que memorice inmediatamente ante el infinito miedo a no encontrarme ante situación tan privilegiada en otro momento. Pantalones de pana marrón claro, casi beige, colgaban de su ombligo hasta poca más arriba de sus tobillos, dejando entrever unas ridículas medias con globitos rojos y fondo verde. Zapatos gastados y cordones desatados. Un pulover bordó se escondía debajo de sus pantalones asomando no más que su cuello acogotado por la camisa celeste. Un gorro negro con solapas en las orejas me dejó descubrir uno de los inventos más perfectos del siglo XXI. Absorta ante un ritmo cumbiero que provenía de sus orejas me dediqué a estudiar con detalle la procedencia del mismo. Subiendo por el cable negro que aparecía al lado de su brazo me topé con un auricular que flotaba, quien sabe como, a un lado de su oreja sin apenas tocarla. Incrédula procedí a realizar el mismo movimiento: subí por el cablecito negro que asomaba a un lado de su brazo hasta que puff me topé con ese auricular flotante nuevamente. Mi duda e intriga surgieron casi que simultaneamente y puedo confesar que los minutos se hacían segundos y las horas minutos en mi incesante cuestionamiento sobre tal fenómeno. Desafiaba las leyes más precisas de la física y hasta revolucionaba las teorías más complejas de la cuántica y la relatividad. Sin espacio a más duda comencé a dar por hecho que este individuo, procedente de un lugar desconocido de la tierra, estaba siendo partícipe de la revolución física más sorprendente del siglo XXI. Este individuo desafiaba la gravedad y el pensamiento inductivo, descontrolaba los modelos más precisos que lo explicaban todo... bueno, todo menos eso.
Intolerante ya ante tanta duda decidí proceder sigilosamente a realizar un giro alrededor del individuo que me permitiera dar razón a tan extraño suceso. Pero antes asomé la mirada hacia atrás y pegué un salto al encontrarme una serie de más de una decena de individuos que ahora me escoltaban. Amenazante lancé una mirada acechadora que territorializaba mi ubicación del momento. Arrepentida ante la posibilidad de perder mi sitio por intentar dar lugar a la teoría física más controvertida de la historia, me propuse seguir avanzando (el individuo ya había dado varios pasos antes que yo diera cuenta de ello)
Poco a poco los minutos pasaban, cada vez me encontraba más y más cerca del mostrador que parecía ser mi destino, pero mi duda no dejaba de acrecentar con los segundos y el hombre tenía demasiada poca apariencia de querer explicarme tal suceso.
Con la mirada colgada en la horrible y grande oreja, en la que si parecía actuar la fuerza gravitatoria, deje mover mi cuerpo total y únicamente por la inercia, había perdido mi objetivo en la fila, ya no sabía que hacía allí, solo seguía esa oreja colgante con la impaciente necesidad de dar respuesta a mi mente imaginativa y curiosa. Desconozco mi postura de momento, pero puedo imaginarme con las rodillas flexionadas, ubicada bajo la misteriosa oreja, y la cabeza echada hacia atrás dándome el perfecto, y necesario, campo visual. Ya sentía como me carcomía la culpa por la escasez de tiempo con el que contaba y mi completa imposibilidad de descubrir la causa del asunto.
Él era el siguiente en el mostrador.
Él, y luego yo. Y yo aún no daba cuenta de nada.
Pronto, como si dios me iluminase por unos instantes para poder saciar mis ansias de conocimiento, el hombre retiró su gorro lentamente y asomó su mano que rascó con fervor su cabeza en plan de calvicie total. Fue en ese momento cuando sentí que toda mi vida se iba por el inodoro y que ya nada tenía sentido.
El hombre, el maldito anciano, tenía su auricular atado a un cablecito plástico transparente y éste a su oreja de forma de dejar el perfecto espacio entre el auricular y su oreja.
Pues entonces llegamos al comienzo de mi historia, ese sentimiento soez me recorrió hasta el alma. Dediqué dos horas de mi vida a perseguir a un viejo.
Y... al menos me generé la posibilidad de cobrar ese cheque.

domingo, 8 de agosto de 2010

Pateando...

Pateando las piedras
por los adoquines bañados en la neblina de la madrugada.

Pateando los silencios de la noche,
los suspiros
la memoria

tus caricias

Pateándolo todo...
total
ya no queda nada.


Se volaron los recuerdos.

AliCia

Alicia... ¿qué tenías tu Alicia que tantos te dedicaron sus versos?
¿acaso tus manos eran las caricias más suaves?
¿acaso tu mirada podría fundir hasta el amor más ferreo?
¿acaso eras el perfecto patrón de belleza que lograba enamorar tan solo mirando las fotos de Carroll?

Me pregunto, entre silencios sin respuesta, qué habría en tí Alicia, mi dulce Alicia, que hizo de Lewis un mundo logístico sin igual, un juego matemático de eternas paradojas y silogismos, una adivinanza que es tan real e indescubrible como esta realidad misma.

¿Que tenías Alícia? ¿qué era? ¿cómo lograste que Darno te regale una de sus primeras canciones de muchacho? 

Esa ingenuidad... y palabras... y un mundo de fantasías que quién sabe si es el tuyo o el nuestro, o el de cada uno. O es que nos diste la necesidad de crearte y justificarte detras de lo intangible, de los absurdos lógicos, una paradoja tras otra, la realidad misma.

¿Era eso? acaso, ¿era eso lo que nos quisiste mostrar? Atravesaste el espejo sin romperlo, caíste en el pozo sin dañarte, hablaste con una oruga sin sorprenderte, te escoltaron los naipes y no te resulto extraño, te juzgó la reina de corazones y permaneciste impasible. 
Quizá lo nuestro sea un sueño y tu solo... tu solo te burlaste de nosotros.

Déjanos caer en el túnel contigo Alicia, déjanos conocer el país de las maravillas, bañarnos en fantasías, jugar y reir hasta el hartazgo, llevanos contigo hacia los sueños más profundos, condúcenos a nuestra infancia nuevamente.

Muéstranos esos cuentos... ese cuento en el que no pasa el tiempo, donde la eternidad se hace una con nosotros.



Esos amores...

Revolviendo los recuerdos me topé con esos textos que uno escribe más de chico y que sin duda hace palpitar a la memoria.

inspirada por el amor aquí tenemos:

20-04-08

 Cartier Bresson

Quiero

Quiero leerte y ahondarme en tu piel,
sentirte tibio en mis deseos, en mis sueños, en mi.
Quiero saborearte y soñarte como siempre lo hice,
seguir anhelándote y dibujándote con mis pensamientos,
con mis suspiros, con mis besos.

Quiero recorrerte eternamente con la mirada, con mis dedos,
suavizar tus caderas con mis manos.

Esta lluvia moja y demasiado, en un café tras una breve lectura de tu cuento,
se me deshace la mirada ante tanta tristeza.

Vos...

y... por qué?
si son todas líneas perfectas
exactas, paralelas, inmaculadas
de igual grosor,

te cruzaste tu
y...las atravezaste
las partiste,
las dejaste así...
sin sentido
sin razón de ser.

Las desafiaste...
me desafiaste.

Con la infancia en los párpados

Observo atónita a mis lados, un mundo que se pasa y yo,
yo sentada en este ómnibus húmedo y atestado en vacios.
Tan solo en el fondo, se escucha, suave y delicado
como tose la pequeña niña de bufanda roja
mientras su madre la envuelve en un centenar de prendas.
Qué será de ella?... quién la entenderá?

Una disociación de sentimientos que provoca el cuestionamiento. Inesperado, sin duda pero, cierto? y si sigo así qué? es qué acaso dejé de ser esa niña a la que le apasionaba leer poemas tristes y sentarse a escuchar música y escribir? es qué acaso mi ser más armónico y aventurero, que atraviesa los mundos desperdigando su simpatía y alegría, es antagónico a esa niña que llevo pegada en los párpados? es antagónico a la construcción de mi personalidad?

Es que sencillamente, puedo afirmar que mis dedos tienen encarnados el sabor de esta historia, sus alegrias y tristezas, y las expresaron en palabras durante años. Pero no es la ausencia de alegrias la que me caracteriza, mis sonrisas me las recuerdan constatemente y las regalan al mundo, son mis manos, sin embargo, las que se acostumbraron a hacerle una apología a la tristeza, innegable potencial creativo, y cuesta quitar esa costumbre.
El tenor melancólico de los suspiros, de mis suspiros, no mero reflejo de la realidad que me acecha, sin embargo una tendencia literaria que me gustó cultivar.

Ideas que brotan en mi mente a la hora de escribir, y que pecan de acudir siempre a aliteraciones, a historias repetidas, a las mismas palabras. Son los autores que me acompañaron en mi adolescencia también.

Cuál será el epílogo de esto? solo decir, que estas angustias aunque parte de mi no inundan, aunque parezca lo contrario en textos, ni tapan mis alegrías y mis ganas de seguir descubriendo este mundo.

Para comenzar...

Pleno invierno y los virus pululan en el aire. Desafortunadamente, en la pesca, me capturaron en el momento menos indicado. Unas pseudo vacaciones que se desarrollaban con tranquilidad y algunas sorpresas, para terminar tirada en esta cama, agobiada y desvariando bajo estas mantas. Revolcarse eternamente en la necesidad algo, un no se que, tan solo hacer lo que la rutina no admite, lo que las exigencias me censuran; empero hoy, hoy ya no es esto lo que me limita sino mi propia debilidad corporal. Una semana agitada entre mil haceres, aprovechando estos últimos días en las soledades del invierno en Montevideo. El asfalto gris y las noches de neblina tatuaron mis salidas, caminando hasta el hartazgo, con las manos que se escabullen en los bolsillos para rescatar esas cuantizadas gotas de calor. Noches eternas, descubriendo el infinito, sintiendo el tic tac de un reloj que no para su monotonía, su asqueante constancia. Ganas de gritar libertad y salir en busca de ese mundo de novela que se esconde tras los besos, tras las noches frías enmascaradas entre sábanas sudadas y enredadas de placer. Tu olor que se cuela en mis palabras, se diluye en mis pensamientos, y yo camino incesante, entre el abandono y la sorpresa del no se que, del no saber que... un mañana o una noche que desconozco y sin embargo me seduce en las fascinación de la imaginación. Una ilusión de vos.

Y es que es tan tonto, decido escribir y me termino enredando en esos hilachos de pensamientos que cuelgan de mi cabeza... y cincho y... pufff... una cadena interminable de ideas que me rodean y se burlan de mi ingenuidad, que flotan como el polvo en un haz de luz, como la gotita que se aferra con uñas y dientes al vidrio para no caer, para no explotar, para no terminar en la baldosa fría, deshecha, extendida en una superficie que triplica su condición natural.
Resulta que me voy, faltan unos días tan solo, unas semanas, menos de tres, y quizá cuando leas esto, o cuando yo misma lo relea, falte menos de unas pocas horas, o hayan pasado milenios entre mis ideas y estas líneas. No lo sé. Tampoco sé que será de mi en estos días que vienen ni en ese más allá, en ese otro mundo con mi alter ego. Un alter ego a amoldar a mi antojo, nadie me conoce, nadie sabe de mi, nadie espera nada de mi. Un fantasma que se libera un año y vuelve a sumirse a mi que entre tanto descanso en el recuerdo de algunos pocos montevideanos. 

Me encierro en el placard y espero mi retorno.

Las dudas se convierten en palabras, y justo a mi que me gusta navegar en mi nebulosa... era de suponer que se transformaría en esto. Un decir sin decir mientras me deshago en sonidos... prefiero continuar en los silencios de Jaga Jazzist... de todas formas solo quería anunciar mi comienzo en este blog que será una especie de diario de viaje, una lectura entre tantas.